Me dejaste un ataque de celos
en la mesa y tu perfume pegado en la pared. Me dejaste el mundo de cabeza y un
grito en el contestador que anunciaba con toda certeza que esta vez se te acabó
el amor. Me dejaste un pero y un por qué, unos cuantos insultos y un adiós, una
duda flotando en mi cabeza y la promesa de no volver jamás.
¿Qué hago con este cementerio
de sueños y con toda mi mitad, con esta deuda de afecto y con tanta libertad? ¿Qué
hago con este insomnio en la noche y mi falta de apetito?
Me dejaste una casa minada de
recuerdos y el dentífrico aplastado a la mitad.
Me dejaste - Ricardo Arjona
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